Para ver más noticias escalofriantes ingrese AQUÍ
Un día como hoy, 13 de noviembre, Colombia recuerda a las más de 23 mil personas muertas y miles de damnificados que resultaron afectados por la explosión del volcán Nevado del Ruiz tras sesenta y nueve años de inactividad. El 95 por ciento de las personas de la ciudad murió tras ser arrasada por el barro.
Este 2020 se cumple 35 años de esa dolorosa tragedia que terminó borrando para siempre del mapa al municipio de Armero, el más afectado tras la tragedia.
El municipio fue comprendía unas 20.000 hectáreas del departamento de Tolima, a 160 kilómetros de Bogotá fue arrasado por un alud de barro, cenizas, escombros y árboles en la noche de un miércoles de 1985 tras la erupción del Volcán Nevado del Ruiz.
Antes de la tragedia este pequeño municipio era el corazón agrícola rico en plantaciones de algodón, sorgo, maní, papas, café y también en ganado y dotado de importantes infraestructuras, puentes, vías férreas, líneas de alta tensión, escuelas, hospitales, alojamientos e iglesias.
Hoy solo es un pueblo fantasma y que cada 13 de noviembre los sobrevivientes recuerdan con nostalgia.
Según los expertos, la tragedia se pudo prevenir y todo porque hubo numerosas señales anticipatorias de la tragedia.
La lluvia de cenizas, geólogos y otros expertos habían advertido a las autoridades y a los medios de comunicación sobre el peligro inminente durante las semanas y días previos a la erupción del volcán.
Los esfuerzos de rescate fueron obstaculizados por el lodo, que hacía casi imposible el moverse sin quedar atrapado y en los libros de historia quedaron plasmados otro de los momentos más doloroso que vivió el país.
Al presidente Belisario Betancur (1982-1986) le tocó enfrentar el año más duro y difícil de su gobierno pues no se acababa de recuperar de otra tragedia como fue la Toma del Palacio de Justicia, en Bogotá, por el grupo guerrillero M-19, que tras tomar unos 350 rehenes y mantener un enfrentamiento armado con unos 4.000 soldados del ejército colombiano durante 27 horas terminó con 98 muertos.
Quién fue Omaira:
La de la joven Omaira Sánchez, de 13 años, que quedó atrapada entre los escombros de su casa, cubierta de lodo hasta el pecho, les contaba a los rescatistas que luchaban por sacarla de entre las ruinas de lo que hasta horas antes había sido su hogar que con sus pies sentía la cabeza de su tía y que "más allá" sabía que estaban su padre y su hermano.
“Después del medio día los ojos de Omaira comenzaron a ponerse rojos. Se le hinchó un poco la cara y sus manos eran muy blancas, aunque ella es una morenita crespa, de cara redonda y de labios gruesos.
Así, con su carita hinchada, hacia las tres de la tarde, Omaira ya estaba perdiendo la alegría para empezar a sumirse en los delirios de la agonía”, así describió a la niña en una de sus crónicas para el diario El Tiempo el periodista Germán Santamaría, que cubrió las 72 horas de agonía de la joven.
Cuando la niña llevaba ya unas 60 horas parcialmente sumergida en el fango, les preguntó qué día era a los voluntarios que trabajaban para rescatarla y casi a coro le contestaron que ya era viernes: "Ay, caramba -replicó- hoy era el examen de matemáticas. Voy a perder el año”.
"Vayan a descansar un ratico y después me sacan", dijo en otro momento. Finalmente su corazón no aguantó y se apagó el sábado 16. El lugar donde Omaira murió se convirtió en un santuario y la gente de pueblos vecinos peregrina cada año llega al lugar para orar.
<iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/z-40T3beRdg" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe>