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Un nuevo hecho de violación a las normas sanitarias que rigen en Bogotá se presentó en las últimas horas en la localidad de Engativá, cuando las autoridades policiales desactivaron una fiesta clandestina en la que participaron más de 30 menores de edad, como era de esperarse, sin cumplir los protocolos de bioseguridad.
En el sitio, los presentes estaban consumiendo bedidas alcohólicas, pese a que en la capital de la República hay toque de queda nocturno, entre las 8:00 p.m. y las 4:00 a.m., y además ley seca, en pro de reducir los focos de contagio del COVID-19 y disminuir la carga de las unidades de urgencias de los hospitales y clínicas.
"El lugar fue sellado, en el caso los menores de edad, los padres son los directos responsables y a quienes se les impuso la medida correctiva", indicó a través de su cuenta de Twitter la institución policial.
El hecho generó una fuerte crítica del secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, quien cuestionó la irresponsabilidad de los jóvenes, quienes en plena época de pandemia se fueron de rumba, cuando están prohibidas las aglomeraciones.
"Otra fiesta clandestina anoche con más de 40 personas multadas y establecimiento cerrado en Engativá. ¿Cómo cuidar a quien no quiere cuidarse?", refirió el funcionario en su perfil de Twitter.