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Un adulto mayor falleció en una habitación que tenía arrendada en el barrio 13 de Mayo, al respaldo del megacolegio de la zona, en Villavicencio esta semana.
Su deceso ocurrió sobre las 8 de la mañana del pasado 28 de noviembre y nadie se quería hacer cargo del cadáver, hasta después de más de 24 horas, que por orden directa de la Secretaría de Salud, la funeraria Moyá Osorio envió funcionarios a recoger el cuerpo.
Luteniel Gaitán Amaya, dueño del lugar donde vivía el hoy occiso, comentó que los últimos minutos de vida del señor Jesús Antonio Pérez, se encontraban dialogando como solían hacerlo, de momento el adulto mayor se agarra el pecho y expresa con voz agonizante “me morí, me morí” y cae en una silla de la habitación.
Según indica el señor Gaitán, el adulto mayor venía presentando desde hace 8 días problemas y fuertes dolores en el corazón, pero además señaló que estaba contagiado con COVID-19.
Indicios del virus
De acuerdo al relato, Jesús presentaba todos los síntomas correspondientes a una persona positiva del virus, manifestaba dolor en los pulmones y molestias para respirar, diarrea, tos, dolor de cabeza, pérdida del sabor de la comida y pérdida del olfato.
Por tal motivo, los vecinos del sector temen que el virus se expanda a lo largo y ancho del renombrado barrio, la alerta es máxima pues habita un alto porcentaje de adultos mayores y de infantes.
Lo sacó a la calle
Luteniel optó por sacar el cadáver a la calle, justo al frente de la casa, pues dice él que “el cuerpo estaba votando mucha agua, líquidos y ya estaba podrido”. Aseguró además que va a quemar la cama de su difunto inquilino donde descansaba, y comentó que no tiene dinero suficiente, pero ante la situación según él, debe hacerlo, “así me quede sin donde dormir”.
Levantamiento y autoridades
Siendo casi la media noche, se acercaron unos uniformados del cuadrante que no se comprometieron con la situación, así mismo según el arrendador, personal de la Fiscalía determinó que murió por causas naturales, por ello no se harían cargo de su levantamiento.
A la odisea se sumaron diferentes entes gubernamentales por no dar solución y no acudir de manera oportuna al lugar, algunos respondieron saliéndose de sus cabales, según la información del señor Luteniel: “Un señor de la alcaldía me dijo que lo respetara, que él estaba en otras acciones y que no le importaba ese caso, luego me colgó el teléfono”.
Bajo una posición muy radical y que para muchos pueda ser cruel, el señor que se ha encargado fielmente del cuerpo, confirmó que si ninguna autoridad hace presencia lo enterrará en un potrero aledaño a la vivienda.
Se debe tener en cuenta que Jesús Antonio era oriundo del Huila, y su familia lejana reside allá y dicen que no van a venir porque temen por su salud, lo que causa impresión en los vecinos del 13 de Mayo ante la indiferencia.
Un dato preocupante en una investigación realizada por la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, indica que el 74% de los adultos mayores (más de 4 millones) no tiene pensión, el 40% sufre de depresión y por lo menos 400 son abandonados cada año en Colombia.
Redacción Extra Llano