Para ver más noticias escalofriantes ingrese AQUÍ
Buddy fue el primer perro en contraer coronavirus en Estados Unidos murió, según reveló este miércoles National Geographic.
A mediados de abril el pastor Alemán presentó problemas respiratorios, y seis semanas después le diagnosticaron Covid-19.
En abril, el animal -que nunca había estado enfermo- desarrolló una mucosidad espesa y comenzó a respirar con dificultad.
Su dueño, Robert Mahoney, quien había contraído Covid-19, pensó que podía haber contagiado a su perro.
“Sin duda alguna, pensé que [Buddy] también era positivo”, comentó el hombre a National Geographic.
Al comienzo -mediados de abril- le fue difícil encontrar a alguien que examinara a Buddy.
Su veterinario no atendía pacientes debido a la pandemia.
Otra clínica local no le permitía el ingreso a Mahoney por tener Covid-19, por lo que le recetaron por teléfono antibióticos para el perro.
El hombre manifestó que el veterinario era escéptico de que Buddy pudiera tener coronavirus. De todos modos, no tenía kits de prueba.
La semana siguiente, el animal seguía teniendo dificultad para respirar y había perdido el apetito.
Ante esa situación, el veterinario le permitió a Julianna, hija de 13 años de los Mahoney, llevar a Buddy a su clínica, ya que la joven había dado negativo su test de Covid.
Del 21 de abril al 15 de mayo, Buddy siguió perdiendo peso. Desesperados, los Mahoney lo llevaron a tres veterinarios diferentes en Staten Island; todos sostenían que no tenía coronavirus.
Le hicieron un ultrasonido y rayos X, que indicaron un agrandamiento del bazo y el hígado.
Lo vio también un cardiólogo, que detectó un soplo en el corazón.
El animal pasó dos semanas y media con antibióticos y dos medicamentos para el corazón. Luego le pusieron esteroides.
Fue en la tercera clínica veterinaria, el Hospital de Animales de Bay Street, donde Mahoney logró que le hicieran la prueba de coronavirus a Buddy. Eso fue el 15 de mayo, un mes después de que comenzaran los problemas respiratorios del animal.
Unos días después, la clínica llamó a la familia. El resultado del test era positivo.
A Mahoney le dijeron que llevara a los dos perros de la familia a la clínica inmediatamente porque los trabajadores sanitarios necesitaban confirmar los resultados de Buddy y hacerle la prueba a Duke, su cachorro.
“Para nosotros fue un factor de choque por un momento. ¿Cómo protegemos a nuestro personal?”, relató Robert Cohen, veterinario de Bay Street que trató a Buddy, quien recordó que hasta el momento se sabe poco sobre la capacidad de los perros infectados para transferir el virus a otros perros o a los humanos.
Buddy ya no tenía coronavirus pero su salud seguía decayendo. Pronto empezó a orinar sin control y tenía sangre en la orina. Con el correr de los días su respiración se volvió tan dificultosa que sonaba “como un tren de carga”, reconoció Allison Mahoney. A principios de julio, Buddy empezó a tener problemas para caminar.
Cada vez que su salud empeoraba -prácticamente cada dos semanas- Robert Mahoney lo llevaba de vuelta al veterinario.