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La curiosidad en los niños no tiene límites y la muestra de ello fue lo que le ocurrió a un pequeño en China que quiso averiguar de dónde venía la orina.
Según el portal de noticias de Cien Radio, el pequeño no vio ningún problema e introdujo un cable de electricidad de 70 centímetros para observar el recorrido de la orina, pero con tan mala suerte que esta se le enredó.
El niño decidió guardar silencio y no contarle de su pilatuna a nadie, pues estuvo conviviendo con el cable dentro de su cuerpo por tres meses.
Con el pasar de los días las cosas se fueron complicando y empezó a sentir mucho dolor, pues el cuerpo trataba de eliminar el objeto extraño que había sido introducido.
Hasta que el niño empezó a orinar con sangre y fue cuando la familia se enteró de lo que había pasado por lo que debió llevarlo de urgencias.
Los médicos decidieron someterlo a una cirugía y sacar el cable que se la había enredado en su órgano.
El Dr Shi, que realizó el procedimiento, dijo que "si hubieran esperado más tiempo para quitárselo, el cable de 70 cm podría haber dañado aún más la vejiga".
También explicó que "el cable que originalmente era de color negro, estaba gris, porque la suciedad la orina lo cubrió con una capa de suciedad".
El médico se mostró sorprendido por el hallazgo: era la primera vez que tenía que sacar un cuerpo extraño de la vejiga de un niño.
Por fortuna el niño no tuvo mayor complicaciones y se recupera satisfactoriamente.