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Si hay un hecho que marcó para siempre la carrera del hoy fallecido astro mundial Diego Armando Maradona, es -sin lugar a dudas- la acción que desequilibró la serie ante Inglaterra, por los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1986: La 'Mano de Dios', para unos un gesto de viveza y 'picardía' propio de su mente rápida y su personalidad.
Pero para otros, la trampa más grande en la historia del torneo, que mereció ser castigada con rudeza por las autoridades del fútbol, pero que pasó casi inadvertida, aquel 22 de junio en el estadio Azteca. En el mismo partido en el que anotó el que es considerado el tanto más lindo de los mundiales.
Transcurría el minuto 51 del encuentro en el máximo escenario de los mexicanos cuando el escurridizo jugador, de 1,65 metros, se levantó por los aires, alzó su puño izquierdo y ante la salida del arquero Peter Shilton golpeó el esférico, para enviarla al fondo de las piolas. Una acción que causó júbilo en millones de argentinos.
"Yo buscaba una pared porque los ingleses eran una roca. Fenwick, Butcher, todos los de la defensa eran todos grandotes. (Kenny) Sansom, por ejemplo, el que me da el pase a mí, porque Valdano no me da el pase a mí, sino que lo anticipa Sansom", empezó Maradona en su relato de este hecho.
"Él quiere jugar para atrás. Entonces, cuando vi yo que la pelota iba para arriba, para arriba, para arriba y digo no la alcanzo nunca: ‘¡por favor bajá, bajá por favor!'", agregó el astro, en una jugada que lo persiguió hasta el fin de sus días.
El ídolo dijo que sus compañeros se dieron cuenta de la trampa, por eso dudaron de celebrar la anotación, que abría la cuenta ante los ingleses. Fue tal la tramoya que tuvo la complicidad de sus compañeros para que el juez no anulara la anotación.
"El boludo de Checho (Batista) me dice: ‘pero lo hiciste con la mano’. ‘¡Callate la boca boludo y abrazame, callate la boca y abrazame!’. Y ahí me empezaron a abrazar todos. Valdano me dice: ‘no me digas que fue con la mano, a mí me tenés que decir’. Y digo, ‘después te cuento Valdano, ¡Dejate de hinchar las pelotas!", expresó.
Luego vino el ya recordado tanto en el que dejó en el camino a medio equipo anglosajón y que despertó el relato más hermoso de un gol que se recuerde, hasta el día de hoy.
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