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Un equipo de científicos estadounidenses y británicos explicaron la asociación entre covid-19 y la pérdida repentina de la función olfatoria (anosmia), un síntoma inusual relacionado con la enfermedad.
Los hallazgos de la investigación fueron publicados el pasado 25 de marzo en bioRxiv.
Estos hallazgos sugieren posibles mecanismos a través de los cuales la infección podría conducir a la anosmia u otras formas de disfunción olfatoria.
"Estos hallazgos colectivos plantean la cuestión de cómo CoV-2 influye en los mecanismos de procesamiento de olores para cambiar la percepción del olfato en pacientes con covid-19", reza el estudio.
A pesar de que los "defectos en el olfato" pueden surgir de los "cambios en la conducción del olor asociados con la inflamación inducida por CoV-2", también es posible que el virus infecte y dañe las células en el epitelio nasal requerido para la función olfatoria normal.
Según los datos recopilados por especialistas de Asociación Británica de Otorrinolaringología, las personas que experimenten una pérdida repentina del olfato podrían ser 'portadores ocultos' del nuevo coronavirus, incluso si no presentan otros síntomas.
Además, los científicos sostienen que hay un aumento significativo en el número de pacientes que presentan anosmia en ausencia de otros síntomas, según informaron los especialistas de Irán, EE.UU., Francia y el norte de Italia.
En opinión de la presidenta de la Sociedad de Rinología Británica, Claire Hopkins, y el presidente de la Asociación de Otorrinolaringología, Nirmal Kumar, si los adultos que no presentan ningún síntoma aparte de anosmia fueran aislados por 7 días, se podría reducir la cantidad de personas que actúan como portadores de la enfermedad.
¿QUE ES LA ANOSMIA?
Los seres humanos podemos oler gracias a las neuronas sensoriales olfativas que se encuentran en un pequeño trozo de tejido dentro de la parte superior de la nariz.
Estas neuronas se conectan directamente al cerebro y cada una tiene un receptor olfativo.
Las moléculas microscópicas liberadas por sustancias a nuestro alrededor, ya sea el aroma del café o los productos de la panadería, estimulan estos receptores.
Una vez que las neuronas detectan estas moléculas, envían mensajes al cerebro, y éste identifica el olor, explica el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de Estados Unidos, que también estudia los trastornos del olfato y el gusto.
Y la persona que no puede detectar esos olores, por infinidad de causas, sufre de anosmia.
"En principio (la falta de olfato) no tiene preferencia por sexo, aunque sí por edad. En la misma medida en la que perdemos vista y oído a lo largo de los años, también perdemos capacidad de olfacción", le dice a BBC Mundo Héctor Vallés, profesor de Otorrinolaringología de la Universidad de Zaragoza, España.
Esa pérdida de olfato producto del envejecimiento se llama presbiosmia.
Es posible nacer con anosmia, que es la anosmia congénita, y también se puede perder la capacidad del olfato durante la vida por diferentes causas, y por un período breve, como puede ser cuando estás resfriado.
De hecho, según la clínica Mayo en Estados Unidos, el resfriado con congestión nasal es la causa más frecuente de la pérdida de olfato parcial y temporal.
La pérdida de olfato puede producirse también cuando se lesionan o deterioran los nervios que conducen al centro olfatorio del cerebro. Esto puede tener múltiples causas, entre ellas el haber sufrido un aneurisma o un tumor cerebral.
Variaciones de la pérdida del olfato: