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Dos hospitales pastusos están entre los 50 mejores de Latinoamérica. No es la primera vez que esto sucede, pero no por ello deja de ser destacable. Son la Fundación Hospital Infantil Los Ángeles y el Hospital Universitario Departamental de Nariño y el ranking lo establece la revista América Economía, publicación fundada en Chile hace más de 30 años y con oficinas editoriales en varias ciudades de la región.
Bien, aclarada la seriedad de la evaluación editorial, podría pensarse que se tomó en consideración la labor en salud de las clínicas y hospitales analizados. Pero no. Los criterios tienen más que ver con el trabajo de relación con el paciente, con el simple, pero muchas veces desdeñado hecho, que una persona enferma tiene que ser bien atendida en todos los aspectos.
Y aquí entran varias características en juego. Por ejemplo, la seguridad del paciente y de su entorno en las capacidades que ofrece un centro hospitalario. Esa confianza es decisiva para que pueda existir posteriormente un tratamiento y se sigan de común acuerdo (médico-paciente) los pasos para su mejoría.
La revista miró experiencias novedosas al respecto, las cuales en algunas clínicas del continente tienen que ver con las mascotas. Al fin y al cabo, los animalitos de compañía son parte de una familia y determinantes para el estado de ánimo.
Otras características son conocimiento, eficiencia, dignidad, prestigio y experiencia.
Nosotros los pastusos somos bastante tradicionalistas en materia de atención médica. Buscamos a alguien conocido o recomendado por alguien conocido. Luego buscamos su profesionalidad y especialidad.
Cuando vamos a una clínica, lo que buscamos sobre todo es atención inmediata y ponemos el grito en el cielo si hay retrasos o colas o líos burocráticos. Y en esto último es verdad, el dichoso papeleo es un freno de mano a la eficiencia, dignidad y prestigio de un centro médico.
Esto le pasa a la mayoría de hospitales y clínicas nariñenses y colombianos, incluso a las militares, que deberían brillar por su excelencia, pero que pierden en comparación con otras más diligentes.
Gran parte de las deficiencias en la atención al paciente pasan por el tipo de seguro que cada uno tiene, y la cobertura del mismo. Hace tiempo que una espada de Damocles pende sobre las EPS y sus servicios, es cierto. Pero también es verdad que las propias clínicas y hospitales se han acomodado a un sistema de atención frío y sin alternativas. América Economía cree que son importantes los esfuerzos por promover terapias alternas e innovadoras, y recursos tecnológicos. En la era de las redes sociales mal haríamos en despreciarlas.
Así que un aplauso para el Hospital Infantil y para el Departamental por pensar detrás de bambalinas. Es de esperar que a sus iniciativas se sumen los demás. Pasto tiene médicos brillantísimos, de los mejores del mundo en algunas especialidades. Nuestros centros de atención médica deberían estar a la atura de ellos, facilitar esa inter-relación y ayudar a que haya más tranquilidad para el enfermo. Es una cuestión de atención clínica, simple y llanamente.
Por: José Arteaga.